miércoles, 17 de julio de 2019

El Antropoceno y la Sexta extinción


La historia de nuestro planeta, originado hace unos 4.600 millones de años, es compleja y larga. Para facilitar su comprensión, se dividió en diferentes fases en una escala geológica de varios niveles y con distintos nombres, que geólogos, paleontólogos y otros científicos utilizan para explicar los sucesos más relevantes acontecidos a lo largo de tantos años.

En la actualidad nos encontramos en la Era del Cenozoico, Período Cuaternario, Época Holoceno. Esta época comenzó hace unos 11.700 años, cuando finalizó el último Período Glacial.


Aunque ni la Comisión Internacional de Estratigrafía ni la Unión Internacional de Ciencias Geológicas (ICS e IUGS en sus siglas en inglés, respectivamente), máximas autoridades en la disciplina lo han aprobado todavía, en los últimos años se ha extendido cierto término entre miembros de la comunidad científica e incluso en la población general con la intención de referirse a la época en la que el impacto de las actividades humanas en el planeta empieza a considerarse notable: el Antropoceno.

El término tal y como lo conocemos hoy fue popularizado en el año 2000 por el químico neerlandés Paul J. Crutzen, quien consideró los cambios sufridos por la atmósfera de la Tierra como consecuencia de la actividad humana suficientes para hablar de una nueva época geológica.

A día de hoy, el inicio exacto de esta época no ha sido acordado aún, pero se han realizado numerosas propuestas, destacando las siguientes:

*Hace unos 12.000 años, con el desarrollo de la agricultura durante la Revolución Neolítica.
*En el último tercio del S.XVIII, con el inicio de la Revolución Industrial.
*A mediados del S.XX, en concreto 1945, coincidiendo con la Prueba Trinity, la primera prueba de un arma nuclear.

Una característica principal del denominado Antropoceno es la elevada pérdida de biodiversidad, tan acelerada que ha llegado a considerarse como una nueva extinción masiva, la sexta en la historia de la Tierra: La Extinción del Antropoceno o Extinción del Holoceno. Esto es debido a que el impacto causado por las actividades humanas ha llevado a una tasa de extinción de especies entre 100 y 1.000 veces superior a la normal, la mayor tasa desde la extinción de los dinosaurios hace 65 millones de años. Tan alta que algunas especies se extinguen incluso antes de que nos haya dado tiempo a descubrirlas.

Aunque el papel de las actividades humanas está claro en el proceso actual de pérdida de biodiversidad, existe cierto debate sobre hasta qué punto influyeron en la extinción de ciertas especies durante la prehistoria, en algunas de las cuales, se encontró una correlación con la llegada del ser humano a su hábitat.

Un estudio publicado en 2018 por una revista científica norteamericana, PNAS (Proceedings of the National Academy of Science) reveló que desde los comienzos de la civilización humana, el 83% de los mamíferos salvajes, el 80% de los mamíferos marinos, el 50% de las plantas y el 15% de los peces han desaparecido.

Es una situación desalentadora, pero todavía podemos hacer mucho al respecto. Y de hecho, en muchos países ya se está haciendo: 189 naciones firmaron en 1992 el Convenio sobre la Diversidad Biológica (que mencioné en la entrada de mayo sobre la UICN), comprometiéndose a poner en marcha los denominados “Planes para la biodiversidad”.

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