Giordano Bruno fue un astrónomo, filósofo, teólogo y matemático nacido en
Nola (Italia) en 1548. En 1562 se trasladó a Nápoles para completar
su educación y en 1565 se unió a la Orden Dominicana en el
Monasterio San Domenico Maggiore de Nápoles. Fue ordenado sacedote
en 1572.
Sin
embargo, tuvo una actitud rebelde a través de actividades mal vistas
como la lectura de los escritos prohibidos de Erasmus de Rotterdam,
que le forzaron a huir de la ciudad. En los años siguientes pasó
por muchas ciudades como Noli, Savona, Venecia, Padua, Bergamo
(Italia), Chambéry y Lyon (Francia). En 1579 llegó a Ginebra
(Suiza), ciudad de la que también tuvo que acabar huyendo por una
publicación controvertida. Entre 1580 y 1581 estuvo en Toulouse,
donde se doctoró en Teología y dio algunas clases de Filosofía.
Famoso
desde joven por sus portentosa memoria, posible gracias a diversas
reglas mnemotécnicas, en 1582 publicó varias obras como “De
umbris idearum” (“Sobre las sombras de las ideas”), “Ars
Memoriae” (“El arte de la memoria”) y “Cantus Circaeus (“El
conjuro de Circe”). En el mismo año publicó una recopilación de
sus posturas filosóficas bajo el título de “Il Candelaio” (“El
candelero”).
En
1583 se trasladó a Inglaterra para impartir algunas clases en Oxford
y causó controversias al defender la visión sobre el universo de
Nicolás Copérnico de que el Sol (y no la Tierra) era el centro del
universo y que ésta giraba alrededor del primero. No obstante,
durante su estancia allí publicó algunas de sus obras más
importantes como “La cena de le ceneri” (“La cena de las
cenizas”) o “Del infinito universo e mondi” (“Sobre el
infinito universo y los mundos”), ambas relacionadas con el
denominado “principio cosmológico”.
El
principio cosmológico establece el universo, en escalas espaciales
suficientemente grandes, como homogéneo e isótropo (es decir, todo
el universo presenta las mismas propiedades en todos sus puntos
independientemente de cuál sea la dirección desde la que se
observe). Se entiende como escala “suficientemente grande” un
rango de cientos de megapársecs, equivaliendo un megapársec a unos
3 millones de años luz.
En
1592, Bruno fue a Venecia, donde lo denunciaron a la Inquisición y
fue arrestado bajo múltiples acusaciones, como la defensa de una
“pluralidad de mundos” diferentes a la Tierra y con la
posibilidad de presentar vida. En 1593, la Inquisición lo trasladó
a Roma, donde permaneció preso durante los siete años que duró su
juicio, negándose en cada oportunidad a retractarse de sus
afirmaciones. En 1600 fue condenado y ejecutado.
Aunque
sus libros fueron quemados e incluídos en el Índice de Libros
Prohibidos, sus obras han llegado hasta nuestros días, y con ellas
su legado.
Como
conclusión, en palabras de Bruno: “Queda, pues, comprendida la
existencia de un infinito campo y espacio continente, el cual abarca
y penetra el todo. En él hay infinitos cuerpos semejantes a este, de
los cuales el uno no está más en el medio del universo que el otro,
porque dicho universo es infinito y, por tanto, sin centro y sin
límite.”
No hay comentarios:
Publicar un comentario