Arthur C. Clarke (1917-2008) fue un científico, divulgador y escritor de ciencia ficción británico que formuló tres leyes sobre el
avance científico:
1-.
Cuando un científico distinguido pero de edad avanzada afirma que
algo es posible, casi con toda seguridad está en lo cierto. Cuando
afirma que algo es imposible, muy probablemente se equivoca.
2-.
La única manera de descubrir los límites de lo posible es
aventurarse un poco más allá de dichos límites, en lo imposible.
3-.
Cualquier tecnología suficientemente avanzada es indistinguible de
la magia.
Clarke introdujo la
primera ley en el ensayo “Peligros de la profecía: la
falta de imaginación”, incluido en su libro de 1962 "Perfiles del futuro" y de ella se derivó la segunda.
La tercera ley, la más conocida de las tres y habitual en las obras
de ficción, se integró en la revisión del mismo ensayo, publicada
en 1973.
Son
muchos los científicos que a raíz de la tercera ley inciden en la
importancia de la divulgación para constituir una sociedad bien informada y con espíritu crítico. Especialmente relevante resulta el ámbito de las nuevas tecnologías, cuyo funcionamiento es desconocido por gran parte de la población, que se limita a aceptarlo sin más.
El
escritor y matemático italiano Carlo Frabetti pensaba en esto cuando
propuso en 2008 una cuarta ley: “la gente se acostumbra fácilmente a lo
que parece magia, sin preocuparse por entender cómo funciona”. Publicada en su blog, “La ciencia es la única noticia”, Frabetti reflexiona a partir
de ella sobre la propagación de las
pseudociencias en un mundo tan tecnológico como el actual. En sus
palabras: “A quienes la ciencia les parece magia, la magia (el
pensamiento mágico) puede parecerles ciencia (pensamiento
racional)”.
Interesantes leyes. Y no olvidemos su perfil escritor con dos claros ejemplos: Cita con Rama, la novela que le valió el premio Nébula y su inolvidable por la versión cinematográfica 2001, una odisea espacial. Novelas en las que la ciencia seguía presente.
ResponderEliminarEnhorabuena por el blog!