En 1964,
el astrofísico soviético Nikolái Kardashov propuso un sistema para
clasificar a una civilización en relación al aprovechamiento de los
recursos energéticos que permite su tecnología. Se trata de la
Escala de Kardashov, que establece tres hipotéticas clases
diferentes de civilizaciones:
*Tipo
I: civilizaciones planetarias. Tienen la posibilidad de utilizar
todos los recursos energéticos de su planeta de origen. Se
caracterizan por una aplicación a gran escala de la energía de
fusión, la utilización de antimateria o la energía renovable.
*Tipo
II: civilizaciones estelares. Pueden utilizar todos los recursos
energéticos de su estrella y de su sistema planetario. Poseen
técnicas similares a las civilizaciones de Tipo I, pero aplicables
en otros mundos y estructuras como la Esfera de Dyson, construidas
alrededor de una estrella para aprovechar su energía.
*Tipo
III: civilizaciones galácticas. Tienen la capacidad de utilizar
todos los recursos energéticos de su galaxia con métodos similares
a la Tipo II, pero interveniendo en diferentes estrellas. Además,
son capaces de obtener energía de un agujero negro supermasivo, que
se piensa se encuentran en el centro de la mayoría de las galaxias.
Tomando
como unidad el Tipo I, en 1973 el astrofísico Carl Sagan estimó una
puntuación de 0,7 para la civilización humana: aunque nos servimos de gran parte
de los recursos ofrecidos por este mundo, aún nos queda mucho por
descubrir y aprovechar dentro de sus fronteras. El físico teórico
Michio Kaku considera que todavía estamos a un siglo o dos de
alcanzar el Tipo I.
Aunque
algunos consideran irrelevante la clasificación de hipotéticas
civilizaciones extraterrestres tan avanzadas que nos resultarían
imposibles de comprender y cuyo comportamiento por tanto no podríamos
predecir, la Escala de Kardashov es utilizada por científicos del
Instituto SETI (Search for Extraterrestrial Intelligence) en
la búsqueda de vida más allá de la Tierra.
Estadísticamente hablando las posibilidades de que existan civilizaciones inteligentes además de la nuestra son casi del 100%. No obstante es curioso ver que ya existen (y se usan) clasificaciones como esta sin haber encontrado, por el momento, evidencias sólidas.
ResponderEliminarAún asi un artículo muy interesante. Sigue asi.
Un saludo