Una
expedición científica ha descubierto 200.000 nuevas especies de
patógenos en los océanos. La relevancia de esto viene dada por el
importante papel que los microorganismos tienen en la absorción del
dióxido de carbono emitido a la atmósfera por actividades humanas.
La
expedición Tara recorrió todos los océanos del globo
entre 2009 y 2013 encontrando doce veces más virus que los
descubiertos hasta la fecha y dilucidando que éstos se localizan en
cinco zonas diferenciadas: los Océanos Ártico y Antártico, las
aguas superficiales y templadas próximas a los trópicos, las capas
intermedias a profundidades de entre 150 y 1.000 metros y las zonas
más profundas hasta alcanzar el fondo oceánico. La expedición española Malaspina colaboró entre 2010 y 2011 en la obtención de
estos datos.
Al
contrario de lo que sucede con la mayoría de los seres vivos, cuya
diversidad es mayor conforme más cerca se esté del ecuador y menor
a medida que nos aproximamos a los polos, en el caso de los virus una
de las zonas con mayor diversidad son precisamente las aguas del
Océano Ártico, que además es el que está sufriendo los cambios
más veloces como consecuencia del cambio climático.
Se
estima que en el caso de hasta el 90% de los virus encontrados se
desconoce el tipo de organismos al que infectan. Y menos de un 1% se
han cultivado en laboratorios con el fin de conocer sus propiedades.
Hoy,
el proyecto cuenta con 150 científicos de más de 30 países cuyos
esfuerzos pretenden mejorar nuestra comprensión de la diversidad
biológica y en concreto de los microorganismos en el medio oceánico.
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