miércoles, 28 de agosto de 2019

Los "hotspots" o "puntos calientes" de biodiversidad


Hoy en día es ampliamente sabido que el cambio climático tiene efectos negativos en los diferentes ecosistemas naturales del planeta, cuyas especies desaparecen a un ritmo similar al de la última Extinción Masiva, que hace 65 millones de años acabó con los dinosaurios. Pero hay ciertas zonas que destacan sobre las demás por su alta concentración de biodiversidad: los “puntos calientes” o “hotspots” de biodiversidad en su denominación original, áreas biogeográficas con elevados niveles de biodiversidad que se encuentran amenazadas.

El término fue introducido a finales del S.XX por el ecologista británico Norman Myers, quien estableció los dos criterios que debían cumplir: tenían que contener al menos 1500 especies de plantas vasculares endémicas (es decir, que no se encuentren en ningún otro lugar del mundo) y haber perdido como mínimo un 70% de su vegetación primaria, lo que hasta el día de hoy ha llevado a considerar 36 regiones en América, Europa, África, Asia y Oceanía, entre ellas:

*América: la Provincia Floral de California, las Islas del mar Caribe y los Andes Tropicales.

*Europa: la Cuenca del Mediterráneo.

*África: los Bosques Costeros del Este de África, la Región Floral del Cabo y Madagascar y las Islas Mascareñas.

*Asia: las Montañas de Asia Central y el Himalaya del Este.

*Oceanía: los Bosques Templados del Este de Australia y Nueva Zelanda.


Los “hotspots” de biodiversidad albergan el 60% de las especies de plantas, aves, mamíferos, anfibios y reptiles a escala global ocupando tan solo un 2,4% de la superficie del planeta, lo que los convierte en un elemento clave en la protección y conservación de la naturaleza, directamente ligada con la supervivencia del ser humano.

Existen varias organizaciones involucradas en la protección y conservación de estas zonas, como son la “World Wide Fund for Nature” (cuya iniciativa “Global 200 Ecoregions”, presente en todos los “hotspots” prioriza ciertas áreas en éstos) o la “Alliance for Zero Extinction” (compuesta por organizaciones científicas y grupos de conservación, centran su trabajo en las especies endémicas más amenazadas).

Sin embargo, hay quienes critican la atención que se está concediendo a estos “hotspots”, los cuales podrían no tener en cuenta diferentes clases de riqueza de especies o zonas que, contando con una elevada biodiversidad, presentan unas dimensiones más pequeñas.

En cualquier caso, numerosos estudios destacan el papel de estas regiones más allá de la identificación de las zonas con mayor concentración de biodiversidad, centrándose en su priorización con respecto a los gastos de conservación a nivel internacional.

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