miércoles, 7 de octubre de 2020

Charlotte Murchison

                   


Charlotte Murchison nació en 1788 en Hampshire (Inglaterra). Hija del general Francis Hugonin y la florista Charlotte Edgar, a los 27 años se casó con el soldado Roderick Murchison, con quien realizó numerosos viajes por diferentes regiones de Francia, Italia y los Alpes, donde empezó a fijarse en distintas especies vegetales y formaciones rocosas. En 1816, durante uno de sus viajes contrajo la malaria, enfermedad que por poco no acabó con su vida entonces y que le produciría efectos adversos durante muchos años, hasta su muerte en 1869.

Durante su estancia en Roma, la pareja trabó una estrecha amistad con la científica escocesa Mary Somerville. Tiempo después de establecerse ambos en Barnard Castle (Inglaterra), Charlotte intentó convencer a su marido de que retomara los estudios en geología, disciplina que a ella le interesaba en gran medida y que llevaba años practicando por medio de la recolección de minerales y su dibujo y estudio. En 1824 se trasladaron a Londres para que Roderick pudiera asistir a una serie de conferencias.

Durante los años siguientes, Charlotte trabajó junto a su marido en diferentes estudios y proyectos de campo. Durante esta época acompañó a la paleontóloga inglesa Mary Anning, de quien se hizo gran amiga, en la búsqueda y estudio de fósiles a lo largo de la costa sur de Inglaterra, que posteriormente continuó por su propia cuenta.

Charlotte logró una colección de calidad tal que reconocidas personalidades como el minerólogo y botánico inglés James DeCarle Sowerby o el geólogo y paleontólogo inglés William Buckland incluyeron especímenes de la misma en sus estudios y publicaciones. Sowerby, por su parte, llamó a un fósil de Ammonites, que había sido dibujado previamente por ella, “Ammonites Murchisonae” en su honor.

A pesar de su impresionante trayectoria, Charlotte no había tenido la oportunidad de cursar estudios universitarios debido a su condición de mujer, lo que trató de cambiar en 1831 intentando convencer al famoso geólogo escocés Charles Lyell, autor de los conocidos “Principios de geología” y amigo y colaborador de la pareja, de que le permitiera asistir a las conferencias que impartía en King’s College. Aunque en un principio se mostró reticente, finalmente Lyell cedió, tras lo cual Charlotte decidió asistir también a las reuniones de la Asociación Británica para el Avance de la Ciencia.

En 1838 se mudaron una vez más, en esta ocasión a Belgravia, donde las visitas de numerosos científicos y políticos incrementó el prestigio de la pareja, especialmente de Charlotte.

Pocos años más tarde, las secuelas de la malaria, afección contra la que Charlotte llevaba luchando toda su vida, se hicieron tan graves que le resultó imposible continuar con los viajes de estudio junto a su marido, realizando el último de ellos en 1847. En los años siguientes continuó trabajando con él, pero en menor medida ante su cada vez más deteriorado estado de salud. Murió en 1869.

Las contribuciones a la geología de Charlotte Murchison a través de todos sus estudios, de su colección de fósiles y de sus dibujos esquemáticos de paisajes geológicos se consideran hoy en día de valor incalculable. 

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