Emmy
Amalie Noether nació en Erlangen (Alemania) en 1882. En 1900 recibió
un certificado que la convirtió en profesora de idiomas, pero su
interés en las matemáticas la llevó a acudir a las clases que su
padre, Max Noether, impartía en la Universidad de Erlangen. No
obstante, su condición de mujer le imposibilitó matricularse, por
lo que tuvo que asistir como oyente.
En
1908, Noether empezó a trabajar en el Instituto de Matemáticas de
Erlangen, donde se doctoró y colaboró con el famoso matemático
Ernst Otto Fischer, dando comienzo a su trabajo en álgebra teórica.
En 1915, se trasladó al Instituto de Matemáticas de Göttingen,
donde supervisó varios doctorados y trabajó en las ecuaciones de la
Teoría de la Relatividad General de Einstein y en la demostración
de varios teoremas, uno de los cuales pasó a ser conocido como “Teorema
de Noether”. Dicho Teorema trataba fundamentalmente la razón por
la que existen leyes de conservación y magnitudes físicas que no
cambian en la evolución temporal de un sistema físico.
Tras
varios años solicitando un puesto como investigadora y docente
titular en la facultad, en 1922 fue nombrada profesora adjunta. A lo
largo de la siguiente década, Noether desarrolló varios estudios en
el campo del álgebra abstracta sobre temas tan destacados como la
teoría de grupo, la teoría de anillos, grupos representativos y la
teoría de números.
Entre
1928 y 1929 impartió clases en la Universidad de Moscú y en 1932
participó con una disertación en el Congreso Internacional de
Matemáticas celebrado en Zurich. En el mismo año, le fue concedido
el premio “Ackermann-Teubner Memorial Award”.
El
ambiente que siguió al ascenso al poder del Partido Nazi forzó a
Noether, de familia judía, a emigrar a Estados Unidos, donde fue
nombrada profesora invitada en Bryn Mawr College y realizó varias
conferencias en el Instituto de Estudios Avanzados de la Universidad
de Princeton. Murió en 1935 tras una cirugía por complicaciones
postoperatorias.
Personalidades
tan famosas como Albert Einstein o David Hilbert reconocieron en sus
escritos en numerosas ocasiones sus inestimables aportaciones más
allá de las propias publicaciones, que ayudaron a iniciar nuevas
líneas de investigación en campos separados de su trabajo habitual.
En
la actualidad, sus contribuciones a las matemáticas se ven
reflejadas en numerosos elementos y conceptos en la disciplina que
llevan su nombre, como son los grupos noetherianos, los módulos
noetherianos o los espacios topológicos noetherianos.
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