miércoles, 9 de octubre de 2019

La velocidad de la luz y los viajes interestelares



Como es ampliamente sabido, la velocidad de la luz es la mayor en el universo. Nada puede superar sus 299.792 km/s, lo cual plantea un serio problema de cara a los viajes interestelares tantas veces imaginados por el ser humano. Incluso aunque se lograra alcanzar esta velocidad, lo que se aleja mucho de nuestra capacidad tecnológica actual (hasta la fecha, el récord de velocidad en un vuelo espacial tripulado se encuentra en poco más de 11 km/s), las distancias en el universo son tan grandes que harían casi cualquier desplazamiento inviable en el transcurso de una vida humana.

Para hacerse una idea, el sistema estelar más cercano a nosotros, Alfa Centauri, se encuentra a 4,37 años luz de la Tierra. La galaxia más cercana a la nuestra, denominada “Enana del Can Mayor”, se sitúa a 25.000 años luz. Sin salir del Grupo Local de galaxias en el que se encuentra la Vía Láctea, la más lejana de ellas supera los 5.000.000 de años luz de distancia a nosotros y los números aumentan hasta cientos o incluso miles de millones de años luz en cuanto tratamos de alcanzar las galaxias más lejanas.


Fue la Teoría de la Relatividad Especial, publicada por Albert Einstein en 1905, la que estableció este límite para la velocidad en el universo, el cual entre otros aspectos resolvía el problema de la causalidad, que en el campo de la física establece que la causa precede siempre al efecto y el segundo nunca puede influir sobre el primero, lo que se cumple siempre y cuando no se supere la velocidad de la luz.

Einstein partió del Principio de Equivalencia de Galileo (la gravedad acelera todos los cuerpos de la misma forma, sea cual sea su masa o composición) para concluir que la trayectoria de todo objeto en el universo es curva y con ello que el Espacio-Tiempo también lo es, según su Teoría de la Relatividad General, publicada en 1916. Esta teoría, no obstante, permitiría dos opciones para viajar más rápido que la luz:

*Agujero de Einstein-Rosen (imagen inferior): conocidos especialmente a través de la ciencia ficción como “agujeros de gusano”, se trata de una hipotética estructura ideada por Einstein y el físico Nathan Rosen en 1935, para el cual se consideró una forma de túnel que haría posible alcanzar puntos muy lejanos en el universo en tiempos mucho menores a los de la luz, sirviendo como una especie de “atajo”.


*Propulsión o Distorsión Warp, también conocido como “la métrica de Alcubierre” (imagen inferior): llamada así por su autor, el físico mexicano Miguel Alcubierre, propone una deformación del Espacio-Tiempo que, en pocas palabras, “alargaría” el espacio detrás de nosotros y “acortaría” el situado delante de nosotros, lo que nos acercaría al punto de destino.

Sin embargo, ambas opciones necesitan de algo que, aunque las leyes de la física permiten su existencia, a día de hoy no se ha logrado observar: energía negativa. Hasta que se sepa con seguridad si dicha energía existe o no, no se podrá confirmar con absoluta certeza si la velocidad de la luz es la mayor a la que nunca se podrá viajar o si simplemente se convertirá en otra barrera más a superar por la ciencia y la imaginación humana.

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