Como es
ampliamente sabido, la velocidad de la luz es la mayor en el
universo. Nada puede superar sus 299.792 km/s, lo cual plantea un
serio problema de cara a los viajes interestelares tantas veces
imaginados por el ser humano. Incluso aunque se lograra alcanzar esta
velocidad, lo que se aleja mucho de nuestra capacidad tecnológica
actual (hasta la fecha, el récord de velocidad en un vuelo espacial
tripulado se encuentra en poco más de 11 km/s), las distancias en el
universo son tan grandes que harían casi cualquier desplazamiento
inviable en el transcurso de una vida humana.
Para
hacerse una idea, el sistema estelar más cercano a nosotros, Alfa
Centauri, se encuentra a 4,37 años luz de la Tierra. La galaxia más
cercana a la nuestra, denominada “Enana del Can Mayor”, se sitúa
a 25.000 años luz. Sin salir del Grupo Local de galaxias en el que
se encuentra la Vía Láctea, la más lejana de ellas supera los
5.000.000 de años luz de distancia a nosotros y los números
aumentan hasta cientos o incluso miles de millones de años luz en
cuanto tratamos de alcanzar las galaxias más lejanas.
Fue
la Teoría de la Relatividad Especial, publicada por Albert Einstein
en 1905, la que estableció este límite para la velocidad en el
universo, el cual entre otros aspectos resolvía el problema de la
causalidad, que en el campo de la física establece que la causa
precede siempre al efecto y el segundo nunca puede influir sobre el
primero, lo que se cumple siempre y cuando no se supere la velocidad
de la luz.
Einstein
partió del Principio de Equivalencia de Galileo (la gravedad acelera
todos los cuerpos de la misma forma, sea cual sea su masa o
composición) para concluir que la trayectoria de todo objeto en el
universo es curva y con ello que el Espacio-Tiempo también lo es,
según su Teoría de la Relatividad General, publicada en 1916. Esta
teoría, no obstante, permitiría dos opciones para viajar más
rápido que la luz:
*Agujero
de Einstein-Rosen (imagen inferior): conocidos especialmente a través de la ciencia
ficción como “agujeros de gusano”, se trata de una hipotética
estructura ideada por Einstein y el físico Nathan Rosen en 1935,
para el cual se consideró una forma de túnel que haría posible
alcanzar puntos muy lejanos en el universo en tiempos mucho menores a
los de la luz, sirviendo como una especie de “atajo”.
*Propulsión
o Distorsión Warp, también conocido como “la métrica de
Alcubierre” (imagen inferior): llamada así por su autor, el físico mexicano Miguel
Alcubierre, propone una deformación del Espacio-Tiempo que, en pocas
palabras, “alargaría” el espacio detrás de nosotros y
“acortaría” el situado delante de nosotros, lo que nos acercaría
al punto de destino.
Sin
embargo, ambas opciones necesitan de algo que, aunque las leyes de la
física permiten su existencia, a día de hoy no se ha logrado
observar: energía negativa. Hasta que se sepa con seguridad si dicha
energía existe o no, no se podrá confirmar con absoluta certeza si
la velocidad de la luz es la mayor a la que nunca se podrá viajar o
si simplemente se convertirá en otra barrera más a superar por la
ciencia y la imaginación humana.
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