domingo, 16 de agosto de 2020

El evento Carrington


El evento Carrington, que recibió el nombre del astrónomo inglés Richard Carrington, fue un suceso acontecido en septiembre de 1859 a escala global como consecuencia de una potente tormenta solar que produjo una llamarada, también conocida como eyección de masa coronal, que alcanzó la Tierra, creando auroras boreales que llegaron a verse en Madrid, Roma y hasta en países de latitudes tan bajas como Colombia y desencadenando fallos en telégrafos de todo el mundo.

Una eyección de masa coronal es una onda de radiación y viento solar producida durante el período de máxima actividad solar. El Sol convierte hidrógeno en helio mediante fusión nuclear en su núcleo, creando energía a partir de la diferencia de masa. Esta energía es transportada a las capas exteriores, menos densas, que empiezan a bullir creando corrientes de gas calientes que llevan el calor a la superficie.

Debido a las altas temperaturas, los electrones de los átomos se encuentran separados del núcleo, resultando en un conjunto de partículas cargadas que conforma el denominado “plasma”. El movimiento de estas partículas crea campos magnéticos, que en caso de alcanzar la superficie solar en un punto donde también se ha dado la acumulación de plasma, lleva a la formación de grandes arcos de fuego que alcanzan los cientos de miles de kilómetros de longitud. Estos arcos pueden volverse inestables y cuando lo hacen, pueden llegar a romperse, liberando toda la energía en una eyección de masa coronal y lanzando partículas cargadas a grandes velocidades.

Estas eyecciones alcanzan la Tierra con frecuencia, pero la atmósfera nos protege de ellas absorbiendo la radiación y desviando las partículas por la magnetosfera (los campos magnéticos terrestres). Las auroras boreales se originan a partir de la interacción de estas partículas con los gases atmosféricos en altas latitudes.

No obstante, eyecciones de masa coronal tan grandes como la de 1859 podrían deformar la magnetosfera terrestre, causando daños en los sistemas electrónicos a nivel global. En aquella época, solo debían preocuparse por los telégrafos, pero hoy en día un fenómeno como aquel tendría consecuencias mucho más graves dada nuestra dependencia de estos sistemas en casi cualquier aspecto de nuestra vida diaria: los satélites de comunicación y navegación, el suministro eléctrico y todo lo que de ello se deriva se verían gravemente afectados. En julio de 2012, nuestro planeta esquivó por solo unos días una de estas grandes eyecciones.

Es por ello que en los últimos años se han llevado a cabo numerosas misiones para tratar de comprender mejor el comportamiento del Sol como son Génesis, SOHO, Solar Orbiter o Solar Parker, con el fin de predecir fenómenos como las eyecciones y aprender a protegernos de ellos.
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